En la historia de la Humanidad periódicamente se han ido alternando varias fuentes naturales de energía que, por su principal utilización respecto a otras posibles, han marcado los modelos energéticos, y por ende económicos, de esos periodos. El principal factor que históricamente ha llevado a migrar de un modelo energético a otro ha sido la carestía de su fuente primaria natural, habiendo preponderado siempre aquella materia prima que ha sido más barata en función de los recursos tecnológicos del momento. Así, durante el siglo XIX, se pasó de una economía basada en la combustión y aprovechamiento de la madera a una centrada en el carbón. Posteriormente en el principio del XX se hizo la transición del carbón al petróleo. No obstante, estos tránsitos de un modelo energético al siguiente no han estado ni mucho menos libres de controversia, belicosidad e incertidumbre. Cada cambio de materia prima ha supuesto una revalorización y devaluación de las distintas geografías terráqueas. Han sido periodos en los que se han producido verdaderas luchas de poder por disponer de una energía necesaria pero cada vez más cara y escasa. Y la calma sólo ha vuelto cuando la fuente energética decadente ha sido suficientemente suplida por la siguiente gracias a nuevas tecnologías que han permitido manipularla correctamente. Actualmente, la sociedad, la geo-política y la economía están comenzando a atravesar por uno de esos periodos donde la energía primaria durante todo un siglo, el petróleo, ya hace tiempo que dejó atrás sus picos máximos de producción y de reservas naturales conocidas. Esto inevitablemente se traduce en unos incrementos en el precio de la misma que ya no abandonará la curva ascendente hasta se finalice el reemplazo de modelo energético. Esta disyuntiva se plasma en la tecnología de la informática en hecho como que los fabricantes de hardware ya hayan abandonado la dislocada carrera del "único parámetro": el megahercio a cualquier coste. Las nuevas generaciones de microprocesadores ya comienzan a tener en muy en cuenta otros parámetros como consumir menos y así también calentar menos. También nos proveen soporte a las técnicas de virtualización que usamos en VIRTUA. Sin embargo, esas soluciones pos sí solas se quedan muy cortas. Como tiempos difíciles siempre han existido soluciones inteligentes, es aquí donde las soluciones de VIRTUA entran en escena proveyendo a los centros de cálculo las herramientas y soluciones que les permiten ofrecer la misma o más funcionalidad actual, pero a una mínima parte su coste energético. Pero no permitan que sea una empresa de tecnólogos informáticos, como es VIRTUA, quien se atreva a convercerle de que estamos en esta o aquella coyuntura energética actual. Lea, en este resumen dinámico y actualizado al segundo que le ofrecemos, los más interesantes informes de los principales expertos y analistas de la industria energética. Y después no duda en volver a VIRTUA para que le ofrezcamos la solución a su descontrolado consumo energético:
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